Y si se retrasa de por vida...

Muchas veces he pensado que era el momento, que había llegado la pirotecnia a mi vida para asentarse y deleitarme con una explosión de emociones constante...

Pero otras tantas veces he comprendido, que aunque había creído que no se podía llegar a sentir algo tan profundo, estaba equivocado.

Es muchas veces ese deseo de sentir, de llorar, de emocionarse, de disfrazarse para siempre, el que nos lleva a confundir las situaciones. Puede que hayamos sentido la explosión, puede que hayamos tenido la necesidad imperiosa de volar, puede que nos hayamos subido incluso a ese halcón milenario...

Pero solo cuando en el camino se cruzan el destino, la casualidad, y el impulso de la unión de semejante fuerza interior, solo en ese momento, comprenderemos lo que realmente significa caminar de la mano.

He buscado mil razones para justificar esta ausencia en mi vida, he buscado errores, he encontrado fallos, le he echado la culpa a las circunstancias, he culpado al destino... bobadas.

Lo que en realidad ocurre, es que todos esos errores, fallos y circunstancias, no eran más que una parada en la que coger aliento, ese trago de agua que necesitamos despues de una caminata agotadora, despues del nerviosismo, para aliviar el impacto.

Y como si de la planificación de un viaje se tratara, uno se para a pensar en el camino que nos espera. ¿Habrá tiempo para todo?¿Encontraremos las suficientes paradas para tomar el aliento necesario y las justas para no perder la esperanza, o por el contrario, nuestro camino será una línea recta sin cruces en los que desviarse?

Desearía poder decir en este momento que he girado a izquierda o derecha, que ese viaje se ha convertido en mi vida. Pero paradojas de la vida, a pesar de todas las cosas de las que es capaz de hacer el ser humano, todavía no somos quienes de predecir el devenir de nuestras vidas, aunque haya gente que se empeñe en afirmar lo contrario.

Uxío Barreiro. Caminando en linea recta.

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