Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2012

No pasará...

Existe? Es posible? No me lo creo. No sucederá porque el destino me ha enseñado una y mil veces que es extremadamente difícil encajar algunas piezas en el puzzle. No pasará nada porque son demasiadas las casualidades que se tendrían que dar en el mismo lugar y en el mismo momento. No ocurrirá porque es demasiado pronto para aprender que es posible. Porque es demasiado pronto para saber que ha llegado el momento. Porque todavía me queda mucho que aprender hasta ser capaz de repartir mis ideas. Porque no ha llegado el momento de invadir ese espacio. Porque todavía es pronto para permitir que me roben algo tan propio. No sucederá, porque no es el momento. No sucederá. No pasará nada. Y me lo repetiré una y mil veces, como un eslogan intermitente, para evitar pensar por un momento que es posible y llevarme de nuevo otra decepción. Para no cagarla de nuevo, para no acelerar algo que no me llevará a ningún sitio, que solamente me llevará a la vergüenza. A volver a estropear algo antes tan si

Será...

Será que necesito dar un paso más. Será que todavía no he comprendido que lo esperado no es siempre lo conseguido y que lo conseguido no es siempre lo esperado. Será que necesito sentir. Será que necesito recogerme de nuevo para poder abrir las alas a la primavera. Será que el viento ha cambiado de rumbo y necesito izar de nuevo las velas. Será que la necesidad apremia y la bondad escasea. Será que el deseo arde en una estufa yerma y sin rescoldos en busca de unas cenizas que ya no hay. Será que renovado el espíritu ahora debemos renovar el alma. Será que éste es el peaje que hemos de pagar. Será que la soledad apremia a la melancolía y exprime a la tranquilidad. Sea lo que sea, será. Sea como sea estaré, como he estado y estoy.

El destino.

El corazón dividido. Difícil elegir. ¿Qué hacer cuando un tiene el corazón dividido entre dos caminos? Es difícil de explicar, pero seguramente que a muchos les resultará familiar. Desde siempre me ha fascinado, ha sido unas de mis pasiones, y después de haber experimentado lo que se siente encima de un escenario, jamás dejará de formar parte de mi vida. Emoción, nervios, adrenalina, diversión... Cualquiera que lo haya experimentado entenderá de lo que hablo. He pensado en muchas ocasiones dedicarme por completo a ella, entregarle el resto de mi alma, dejarme llevar, quedar a merced de sus designios. Pero es duro, no es para nada fácil, y aunque se que podría, en el camino tendría que dejar muchas cosas... Siempre me quedará la duda, esa eterna suposición: y si hubiera seguido adelante... ¿lo hubiera logrado? Por otra parte creo que el destino es muy sabio, e inteligentemente me ha ido llevando hacia ese otro camino paralelo que se ha formado en mi vida y que ahora ocupa todos mis esf

Esa chica es mía.

No he podido evitar acordarme de ti. Esa era tu música favorita, la escuchabas y la escuchábamos los que estábamos contigo a todas horas. Y recordando aquellos momentos, me he dado cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Parece que todavía fue ayer cuando discutíamos por hacer las cosas de casa los sábados y de repente, un día te fuiste. Se me llenan los ojos de lágrimas pensando en todo lo que has hecho por mi. Por nosotros. Has interrumpido clases con la agonía de pensar que tu hermano podía tener algo malo entre manos. Has peleado con tus uñas por defenderme. Hemos discutido mucho. Pero los dos sabemos que llegado ese momento, los dos estaremos poniendo el hombro. No hablamos, no nos contamos nuestros problemas, no nos desahogamos el uno con el otro contando lo que nos agobia, lo que nos atormenta o lo que nos quita el sueño. Pero no nos hace falta. Hemos sabido conjugar a la perfección lo que significa tener una relación de igual a igual cada uno con sus diferencias, porque somos c

Desprotección

Sentir el miedo a la desprotección, o la necesidad de sentirse arropado por alguien para quien lo eres todo y a la vez nada. La soledad encierra en sí los recuerdos de la compañía como medio para solventar los desagravios de la independencia. He llegado a la tercera fase, esa en la que aprendes lo importante de la independencia, del individualismo, del yo más absoluto cuando te enfrentas a problemas ante los que las soluciones las has de idear tu mismo, del juego de la toma de decisiones, de la elección de una u otra cosa. Me encuentro en un limbo en el que, aunque cómodo, empiezo a sentir la incertidumbre del paso, eso paso a la cuarta fase, esa en la que todo esas cosas son más difíciles, en la que todas esas otras cosas son mucho más fáciles, en la que la imaginación deja de ser útil para elegir tu destino y se convierte en el principal instrumento de lucha contra el devenir del tiempo. Este espacio temporal de desaprendizaje, y de aprendizaje a la vez, de renuncias y concesiones, d