Sensación extraña...

Sentir la independencia, hacer las cosas a tu manera y comprobar que eres lo suficientemente capaz de defenderte a ti mismo sin necesidad de nadie que te ayude, es bastante reconfortante.

Llegar a casa y comprobar que las cosas se van haciendo a tu modo, como tu decides, es bastante relajante.

Pero llegado un momento, comprobar que tienes aspectos en común con determinadas personas y sentirte unido de una manera u otra a un grupo de personas, además de relajante y reconfortante, es también necesario.

Desde hace meses, he comprobado lo fácil y a la vez complicado que resulta defenderse solo en el día a día, las cosas de casa, averías, prisas, cambios de última hora, problemas de convivencia...

Había estado durante meses cegado por la extraña y estridente necesidad de encajar fuera como fuese en aquel grupo de gente. Me afanaba en escuchar la misma música, en realizar las mismas actividades, salir por los mismos locales de marcha, y había dejado de lado a aquella gente que me había comprendido y aguantado durante años.

Estaba dejando de lado a la gente que realmente me conocía y me aceptaba como era, por otra que sin aun saber nada de mi vida, y sin proponérselo, ya me estaban cambiando.

Para nada era su intención, ellos se limitaban a continuar con su vida con la única diferencia de que ahora en su vida también participaba yo. Y sin darme cuenta, me embarqué en un barco sin destino, en un barco que no me correspondía, que no era para mi, aunque recorrí miles de kilómetros en él, para luego regresar y comprobar que en realidad... seguía en el mismo lugar, aunque el viaje no hubiera sido en vano.

Y no ha sido en vano porque, una vez llegado a ese final de trayecto sin regreso, sólo, comprendí que la vida me había enseñado que no debemos forzar las cosas, que tienen que suceder por el peso del destino que las inclina hacia una u otra parte.

Comprendí que, aunque no se manifestaban, eran más importantes los vínculos que me unían a aquel grupo de amigos que me comprendía sin interrogarme, que los vínculos que yo había querido crear con los nuevos actores de la película de mi vida... y digo película porque, para nada tenía que ver con lo que en realidad era.

El interés primaba más en este caso, que la amistad tal y como yo la entiendo.

Pero este nuevo cambio, que he decidido llevar a cabo, se ha de hacer poco a poco... No romperé los vínculos ni con unos ni con otros, no dejaré de vivir a mi manera, pero las cosas serán diferentes.

Una vez que he comprendido que no formo parte en la medida en la que yo estimo oportuno teniendo en cuenta los pequeños vínculos que existen, no dejaré de lado a esa persona que me ha aislado del mundo durante todo este tiempo, aunque no conseguirá para nada, volver a cegarme y llevarme a su antojo por donde quiera. Porque no comprende mis necesidades, porque yo no comprendo las suyas, porque por mucho que me diga, no soy ni por asomo uno de sus mejores amigos, y porque ha jugado conmigo (y yo con él), sin tener en cuenta mis sentimientos.

Y los demás... Los demás no saben nada de mi vida, solo conocen aquellos pequeños detalles que dejo ver, o que se molestan en ver...

Sobre ese grupo de siempre... Esos son realmente mis amigos, los que han estado siempre a mi lado. Pero para mi desgracia, las cosas han cambiado y ya no estamos tan unidos como antes, ya no hacemos tantas cosas juntos y ya no les importo en la misma medida que antes, así que simplemente trataré de evitar que los acontecimientos nos distancien más y procuraré mantener vivos esos vínculos, gracias a los cuales... recargo las pilas cuando compruebo que siguen vivos!

En fin, podría estar escribiendo toda la mañana... pero tengo cosas que hacer... así que os dejaré.

Seguiré en otro momento con otro capítulo de mi vida!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perlu Kemerdekaan

Desprotección

Ad eternum