Odio y asco.

Ya a nadie le importa nada. Ya nadie conoce la empatía, ni la practica, sólo la critica.

Nos pasamos toda la vida compartiendo momentos, ilusiones, recuerdos, objetivos. Pero en cuanto dejamos de compartir, nos olvidamos de todo lo que hemos compartido y sólo queremos vivir al margen de los demás, porque nos importa una mierda lo que le esté pasando a la gente.

Hemos convertido todo el mundo en un  minimalismo emocional. Todas nuestras emociones son como cápsulas efímeras, que apenas duran un instante, en el que ni siquiera somos conscientes de lo que nos provoca el sentimiento.

La sociedad está enferma. No existe la sociedad. No somos ni por asomo comunidad, ni siquiera pueblo, ni siquiera nación. Nos hemos abandonado.

Somos zombis. Nos estamos alienando.

Recuerdo que cuando era niño, mis padres, que lo han pasado mal, muy mal, se esforzaban en enseñarme que pase lo que pase, siempre hay que ponerse en el lugar de los demás, y aprender a comprender porque la persona que tenemos frente a nosotros reacciona de la manera que lo hace. Porque, no se puede juzgar a nadie sin antes saber el porqué de las cosas. No podemos juzgar. No se debe juzgar.

Nos hemos vuelto individualistas, egoístas. Somos crueles. Juzgamos constantemente a todo el mundo en función de nuestros propio criterio sin pararnos a pensar siquiera en la mochila que cada uno lleva a la espalda.

Yo mismo me he vuelto huraño. Agresivo.

He estado toda la vida comparándome con los demás. Reconozco que tengo cierto complejo de inferioridad. Por más que he superado obstáculos, por más que he ido consiguiendo metas que creía imposibles, no consigo vencer mi frustración.

No soporto a la gente que cree que todo el mundo ha tenido las mismas oportunidades, y que por el simple hecho de haberlo tenido todo a lo largo de su vida, cree que los demás también tienen que tenerlo. Es gente muy poco inteligente, que no aprecia lo que tiene, porque no sabe lo que es no tenerlo. Gente consumista, egoísta, gente que piensa que todo el que no paga, es porque no quiere. Para esta gente no existe la necesidad. Lo máximo que han llegado a sentir es que "necesitan" esa lámpara de diseño que han visto en el escaparate de la tienda de moda en decoración de su barrio. Gente que cuando invita a alguien a su casa espera que le digan lo bonita que es, lo bien que lo ha decorado todo, pero se olvida de lo más importante. De crear un hogar. Gente que va de compras todas las semanas porque necesita llenar su vacío comprando trapitos que acumular en el armario, porque el armario no está hecho para conservar la ropa, está hecho para llenarse de ropa, aunque no se la ponga, "necesitan" llenar el fondo de armario.

No soporto a la gente que necesita una cura de humildad, bajar del pedestal, bajar al barro, a ese terreno en el que a veces no existe el alimento, en el que no se tiene lo suficiente para comprar pescado todas las semanas. Bajar al sótano y comprobar lo difícil que es tener que vivir al día. Tener que comprar un pollo y aprovecharlo para comer tres días, el primero una sopa, el segundo alas y patas asadas y el tercero unos filetes empanados.

Odio me produce esta gente. Que lo único que valora de ti es que no te vas de vacaciones, que no tienes coche, que no vistes ropa de marca...

Odio y asco.

Gente a la que le importa una mierda la política, los asuntos públicos, porque piensa que no le afecta para nada lo que pase en las altas esferas, pero que enseguida saca su genio para convertirse en un luchador de sus derechos cuando comprueba que le han recortado la nómina por la decisión del gobierno. Gente a la que le importa un comino lo que están pasando miles y miles de familias. Qué más da que unos cuantos sirios se mueran de hambre si están a miles de kilómetros y yo tengo mi lámpara de diseño y puedo presumir la próxima vez que venga a visitarme la pandilla.

Dentro de diez años, veremos las consecuencias. Veremos como toda esta gente, cuando huyamos de una Europa en llamas, decida devolvernos todo el maltrato que le estamos dando y nos cierren las fronteras. Entonces sí nos acordaremos de las declaraciones de derechos humanos, entonces pondremos el grito en el cielo por la poca humanidad del mundo. Pero mientras todas las mañanas pueda encender mi cafetera de cápsulas y echarme unas gotas de perfume en el traje chaqueta pantalón que he comprado en el Zara de la esquina, y pueda ir en mi flamante coche hasta la puerta de mi trabajo en donde la recepcionista murmurará mientras piensa que no la escucho el gusto que tengo para los zapatos. Mientras yo tenga todo eso, qué más da lo que pase en Europa.

Odio y asco.

La gente se ha olvidado del compañerismo, de compartir, de ayudar.

Siendo un niño, nos tuvimos que ir a vivir con mis abuelos, a una casa con cocina salón, dos habitaciones y un baño. Mis abuelos, mi hermana y yo, compartíamos una de las habitaciones y mis padres dormían en la otra. Era una aldea, en la que, aunque como en todas partes existían comentarios y todo el mundo tenía sus rencillas, al final todo el mundo se ayudaba.

Recuerdo una tarde, jugando con mi perra en el terreno que había delante de mi casa, que una vecina llamó gritando a mi abuela. Se había puesto la cerda de parto, y la vecina estaba sola y necesitaba que alguien fuera a ayudarle. Mi abuela dejó lo que estaba haciendo y nos fuimos a casa de la vecina. Si mi abuela quería plantar una leira de patatas, no era sólo aquella vecina la que venía a ayudar. Tres o cuatro vecinos, se pasaban la tarde entera ayudando a poner las patatas. Y en la cosecha otro tanto de lo mismo. Los vecinos venían a ayudar. Y si al finalizar la cosecha mi abuela llevaba una caja de patatas al vecino, el vecino te daba huevos todo el año, si matabas un cerdo y llevabas carne al vecino, éste te pagaba con leche de sus vacas. Nada era a cambio de nada, aunque todo fuese a cambio de todo.

Ahora no. Ahora nos hemos olvidado hasta de la familia. Y en la mayoría de los problemas está el dinero presente.

Odio y asco.

Nos comparamos constantemente con los demás. Queremos ser los mejores, tener lo último, lo mejor, lo más caro, lo más nuevo.

Odio y asco.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perlu Kemerdekaan

Desprotección

Ad eternum