Deshaciendo lo andado, volviendo a caer...

Desde este lugar, desde esta situación, uno se pregunta si dejará algún día atrás esta historia que ha marcado su vida durante los dos últimos años.


Todo empezó como un juego de niños, como quien tiene entre sus manos una bicicleta por primera vez y experimenta una y otra vez hasta que consigue pedalear manteniendo derecho el manillar y sin tener que levantar los pies de los pedales, salvo para hacer una pausa en el camino.


Nos conocimos de la manera más tonta, aunque en realidad, seguramente fuese el destino, el que quiso poner en mi vida a alguien tan relevante, especial, importante, y a la vez frustrante. Frustrante, por la manera en que ha llegado convertirse en parte de mi espina dorsal.

Y el destino ha querido que cada encuentro, cada situación, cada momento contigo, llene de nuevas sensaciones, sentimientos, emociones, ese pequeño estuche... como un niño que va guardando cada muñeco de su huevo Kinder...

Y cada emoción, cada sensación, cada sentimiento surgido en ese momento, hace que nazca de nuevo esa ilusión de que seas mío para siempre, de descubrir de una vez por todas esa buena persona que llevas dentro, descubrir tus inquietudes, tus miedos, tus debilidades, tus fortalezas... todo, descubrirlo todo de ti.

Pero así como todos esos momentos quedarán en mi para siempre, esa ilusión que provocan, se esfuma desde el mismo momento que cruzo esa puerta, en que dejo de verte, de tenerte a mi lado, desde el mismo instante en que te conviertes en otra persona totalmente distinta...

Nunca has sido especialmente cariñoso, ni me has prestado la atención que yo necesito, no has estado pendiente de mi en la manera en la que yo considero que debe estar pendiente mi mejor amigo de mi... pero aun así, no puedo evitar sentir esa alegría enorme cada vez que me llamas, que te veo, escuchando esa música que he conocido gracias a ti, cada vez que pronuncias mi nombre, apoyas tu mano en mi hombro, sentado en el sofá actualizando sin parar...

No se a donde nos llevará todo esto, es más, cada vez que dejamos de ser uno, vuelve a abrazarme el miedo, el miedo a perderte...

Esta vez hemos hecho una promesa, aunque sé que para los dos será difícil cumplirla, pues nos rendimos fácilmente a la pasión que nos une. A decir verdad, para mi ha sido una promesa en vano, pues desde el mismo momento en que he pronunciado la palabra "prometo", desde ese mismo instante, mi cabeza corría a toda prisa imaginando el próximo día en que estés a mi lado acurrucado...

Me pregunto si algún día esto tendrá solución, si algún día acabará esta historia, porque aunque para mi solo hay un final posible, o más bien deseado, tengo la certeza de que llegará un día en el que dejarás de tenerme a tu lado, me olvidarás, seré solo un recuerdo, y el hecho de no saber lo que recordarás de mi, de no saber si seré o no un buen momento en tu vida, alguien especial, me corroe por dentro, como una quemazón que me ahoga, me hunde en el agobio...

Y leyendo de nuevo mis entradas, me doy cuenta de lo contradictorio que ha sido este tiempo... hace un mes, pensaba que te había olvidado, sino para siempre, si al menos lo suficiente como para empezar de cero, y abrir esa ventana de aliento... y sin embargo, hoy cierro de nuevo esa ventana, para abrir de nuevo esa puerta que una vez cruzaste hacia mi, y que hoy vuelves a cruzar...

Uxío Barreiro, caminando en linea recta, con la mirada fija en el retrovisor de mi corazón.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Perlu Kemerdekaan

Desprotección

Ad eternum