Deshaciendo lo andado, volviendo a caer...
Desde este lugar, desde esta situación, uno se pregunta si dejará algún día atrás esta historia que ha marcado su vida durante los dos últimos años. Todo empezó como un juego de niños, como quien tiene entre sus manos una bicicleta por primera vez y experimenta una y otra vez hasta que consigue pedalear manteniendo derecho el manillar y sin tener que levantar los pies de los pedales, salvo para hacer una pausa en el camino. Nos conocimos de la manera más tonta, aunque en realidad, seguramente fuese el destino, el que quiso poner en mi vida a alguien tan relevante, especial, importante, y a la vez frustrante. Frustrante, por la manera en que ha llegado convertirse en parte de mi espina dorsal. Y el destino ha querido que cada encuentro, cada situación, cada momento contigo, llene de nuevas sensaciones, sentimientos, emociones, ese pequeño estuche... como un niño que va guardando cada muñeco de su huevo Kinder... Y cada emoción, cada sensación, cada sentimiento surgido en ese momento, ha...